“No sé qué me pasa contigo”: eso fue lo que me dijo. Nada más entrar en su garito Beatriz tomó asiento junto a mi mesa y me lo soltó así, sin más, sin saludo previo, ni dos besos, ni nada. Se sentó a mi lado y mirándome a los ojos me dijo: - No sé qué me pasa contigo. - No entiendo... a qué te refieres – dije para darme tiempo. - Primero, lo de incluirme en tu libro; luego, la nota que encontré en mi bolso... bufff... He de reconocer que al principio me pareciste un tío raro, un voayeaur de esos; pero hay algo en tu mirada, en tu forma de mirarme que... no sabría cómo explicártelo... me das miedo pero a la vez me... transmites... ternura... - me dijo titubeante, nerviosa. - ¿Ternura? - Nunca antes me había mirado alguien así, como tú lo haces. Es como si... me estuvieras desnudando con la mirada y yo, por mi parte, me dejara desnudar. Me haces sentir... distinta, Daniel. - Te sientes 'distinta' porque no sabes en qué pienso mientras te miro. - ¿Y en qué piensas? - En tocarte pe