Así definía Mario Bennedetti a la Muerte. "Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida". De pequeño escuche eso de "el día que naciste todos estaban alegres mientras tu llorabas, vive para que el día que mueras aquellos lloren." Creo que lo conseguiste y serás eterno. Aunque me repita en este blog no me canso, os dejo este trozo de la película (os recomiendo) que lleva el nombre de uno de sus poemas y para mí de los mejores No te salves. «Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (...) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas, este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)». Así se despedía Mario Benedetti en 'Chau número tres'. El uruguay